DERECHOS HUMANOS, MUJER E INMIGRACIÓN
Hacia una educación intercultural en el aula

Capítulo 3 LAS MIGRACIONES

Capítulo 1:
Los Derechos Humanos


 

Globalización e Inmigración

En estos momentos, iniciado el siglo XXI, los distintos puntos del planeta se encuentran conectados en cuestión de segundos y se gestionan y producen intercambios a una velocidad inimaginable, entre puntos remotos del planeta, así como circulación de información o recursos materiales y económicos... pero las fronteras están abiertas para las transacciones, no para las personas.

 

 


Numerosas organizaciones de la sociedad civil y específicamente de defensa de los Derechos Humanos no se cansan de recordar esta injusticia.

Interconectados a tiempo real en todo el planeta

Lo que antaño suponía costes elevadísimos en tiempo y dinero, hoy se realiza en un máximo de cuarenta y ocho horas y a precios, sino accesibles, si abarcables a través de créditos o deudas, a través de organizaciones y personas sin escrúpulos. Vivimos en la aldea global. El mundo entero está interconectado.


Globalización es la capacidad de una sociedad y específicamente de su variable económica de funcionar en tiempo real en todo el planeta. Y tiene como consecuencia que:

 
Hoy se producen bienes y servicios en conexión con varios países de forma que, tanto los recursos como los canales de distribución o la información sobre estos productos se encuentran integrados en un todo y están conectados a través de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información.

Las nuevas tecnologías permiten el funcionamiento de la economía y la sociedad a escala mundial.

La principal beneficiaria de la globalización es la circulación de capitales en tiempo real.

El factor trabajo también es un recurso global en la medida en que las empresas pueden escoger la ubicación de sus sedes y sus filiales. El hecho de poder ubicar su empresa en cualquier país del mundo es un elemento de globalización que tendrá una influencia decisiva en los flujos migratorios, ya que los trabajadores y trabajadoras, a la vez que reciben bajos salarios y tienen que soportar precarias condiciones laborales, están teniendo información sobre el país de procedencia de la empresa y las condiciones de vida del país de origen. Una información que influye en la construcción imaginaria del proyecto migratorio.

  Pero quizás el aspecto más importante del hecho global es que las empresas de cualquier país pueden reclutar mano de obra, cualificada o no, de cualquier lugar. Bien a través de la implantación de la empresa, bien por inmigración. El mercado laboral se mueve. La voluntad de huir de la miseria o de la guerra o la de buscar mejores condiciones de vida provoca que la mano de obra inmigrante, en principio, circule por todos los países, por todo el mundo, de forma global y se ubique donde tenga expectativas de trabajo. (Carlota Solé.)
Los países receptores de emigración responden de forma contradictoria. Por una parte desarrollan políticas migratorias restrictivas consiguiendo que un número importante de personas persistan en quedarse en el país de forma ilegal y tengan que adaptarse a vivir en situaciones de vulnerabilidad, a la vez que forman parte de un mercado de trabajo que les reclama. Estas medidas chocan, por un lado, con los derechos humanos y, por el otro, con las necesidades del mercado de trabajo que exige una oferta estable de mano de obra.

Su efecto en los países centrales del comercio mundial parece ser el de favorecer la radicación de los inmigrantes y de sus familias, modificando paulatinamente la composición étnica de estas sociedades; pero, en general, dichas medidas tienden a mantener la mano de obra inmigrada en situación de precariedad laboral y de exclusión social.

Estamos ante una revolución transnacional que está reestructurando la sociedad a escala planetaria y las migraciones internacionales son parte de este proceso. “La inmigración extranjera en España. Los retos educativos”. Colección Estudios sociales. Fundación la Caixa. 2000