Hablar
de procesos de selección en el hecho
migratorio de las mujeres enfocada desde la
perspectiva de género nos lleva también
a considerar en qué medida la discriminación
y las desigualdades por género en las
sociedades patriarcales de origen influyen definitivamente
en la opción de las mujeres a un proyecto
migratorio individual.
La
mera capacidad de poder decidir emprender el
viaje, por otra parte puede ser un indicador
de estatus social privilegiado: se ha repetido
hasta la saciedad que las personas que emigran
gozan de buena salud y pueden asumir los altos
costes económicos del proceso migratorio.
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En
el caso de las mujeres, habría que añadir
los costes morales que esta decisión
conlleva dentro de un proyecto migratorio alejado
de presiones y estrategias familiares.
Anteriormente
hemos hecho referencia a las causas tanto colectivas
como individuales de la emigración. En
este contexto es necesario preguntarse nuevamente
por las razones que empujan a las mujeres de
los distintos continentes a abandonar su hogar.
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Las
respuestas acerca de la decisión de emigrar
son muy diferentes entre sí.
Múltiples
variables, biográficas, familiares, políticas
y vitales, se cruzan en el momento de tomar
una decisión tan importante. La lectura
acerca de los motivos de emigración de
las mujeres debe realizarse teniendo en cuenta
el contexto cultural y social del país
del que proceden.
Países
de procedencia. - No
puede equipararse
el proyecto migratorio de una mujer procedente
de la República Dominicana a otro de
una mujer de Marruecos, por ejemplo donde, tanto
legalmente como culturalmente, la estructura
familiar y el papel desempeñado por la
mujer es completamente diferente.
País
de acogida. - Sí puede afirmarse
que el país de acogida tiene un papel
determinante en la medida en que les ofrece
expectativas de empleo, aunque en un principio
sea de forma irregular y en sectores poco definidos
como el trabajo doméstico, el sector
servicios o la explotación sexual.
La
emigración representa, en cualquier caso,
tal y como afirma Aicha Belarbi cuando habla
de la mujer marroquí, un símbolo
y un triunfo social. (Mujer y migración
en el Mediterráneo occidental, Pág.
32) .
Teniendo
en cuenta que la mujer es el eje de estabilidad
de la familia, su decisión de emigrar
- muchas veces animada por su familia-
repercutirá en las generaciones
siguientes, ya nacidas en el país
de destino y que, en muchos casos podrán
identificarse con las expectativas y aspiraciones
de sus progenitores en el intento de ocupar
una situación mejor en la sociedad
de acogida.
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