El
Sistema Educativo debe adaptarse a
las peculiaridades de cada niño
y niña, consiguiendo, de esta
forma, que jueguen a favor del alumno
y la alumna su diversidad, sus peculiaridades
físicas, psíquicas,
culturales y sociales, en lugar de
considerar como un handicap aquellas
peculiaridades que se apartan de la
normalidad estadística o que
se diferencian de las del grupo social
dominante. (Carbonell. Ofrim.
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