La
Educación Intercultural no es un compendio
de buenas palabras o una práctica dirigida
exclusivamente a los escolares de origen inmigrante.
El aprendizaje de la convivencia intercultural
está dirigido a la totalidad de la
ciudadanía. De forma directa a las
personas que integran el sistema escolar,
de forma indirecta a la sociedad en general.
La
escuela no puede cambiar el discurso dominante,
pero sí puede influir, a través
de su cultura institucional, en la opinión
pública y proponer una nueva visión
de la convivencia y los valores culturales.
Razones
como las que exponemos a continuación
son importantes y deberían sustituir
a los argumentos discriminatorios que
cada día se plantean en las escuelas.
Estamos
comprometiendo la convivencia futura
de una sociedad claramente multicultural.
Por razones de solidaridad, igualdad
y justicia social, es necesario construir
un nuevo concepto de ciudadanía,
en el que las competencias interculturales
serán imprescindibles para el
desarrollo social, psicológico
y profesional de la persona.
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Las
migraciones contribuyen a la riqueza y el
desarrollo del país.
Debemos
actuar positivamente en la mentalidad de los
padres y madres y del profesorado, como
apunta Antonio Muñoz Sedano, los
niños no tienen problema alguno para
aceptar a los inmigrantes. Cuanto más
pequeños son los niños y niñas,
menor problema para aceptar a los otros. Son
la mentalidad y las actitudes de las personas
adultas las que van haciendo aprender a los
niños y niñas conductas y actitudes
discriminatorias. Educación
Intercultural. Teoría y Práctica.
Editorial Escuela Española. Madrid.
(1997: 184).