IES LUCAS MALLADA . Huesca

Los 'Grupos Interactivos', una forma de trabajar la diversidad dentro del aula

Hace seis años el IES Lucas Mallada, después de rastrear diferentes experiencias educativas, optó por convertirse en una Comunidad de Aprendizaje como una de las mejores vías para potenciar el máximo nivel de aprendizaje de cada alumno/a y mejorar el clima de convivencia escolar.

Como en otros proyectos innovadores y transformadores, siempre hay un grupo de personas que toman la iniciativa y que luego, con el tiempo, reciben el respaldo oficial y el reconocimiento. Según nos cuenta Jose Luis Garrido, profesor de lengua y literatura que ejerece las funciones de coordinador de las comunidades de aprendizaje, al frente de este barco han estado, contra viento y marea durante seis años, dos profesoras y la misma directora del IES.

"Entendíamos que muchas de las acciones voluntarias, que emprendíamos o íbamos a hacer que otros emprendieran, debían ser consideradas como necesidades a cubrir por la Administración. Pero también que si nos cruzábamos de brazos mientras la Administración llegaba a cubrirlas, seguramente no podríamos ser capaces de dar una respuesta satisfactoria. Así que decidimos emprenderlas para demostrar su necesidad", explican en su carta de presentación. En estos momentos, las Comunidades de Aprendizaje de este instituto oscense cuentan con el apoyo de la Administración Educativa de Aragón y en 2005 el centro recibía un premio por la integración del alumnado.

Las Comunidades de Aprendizaje se basan en la transformación social y cultural de un centro educativo y también de su entorno: "no se trata sólo de sacar el máximo partido de las capacidades de los alumnos, si no que tratamos de transformar un poco el entorno y que el centro se convierta en un sitio de referencia e intercambio de la comunidad educativa", explica orientador. Esto supone reorganizar el aprendizaje, basado en el diálogo y en la máxima normalización, e implicar a toda la comunidad educativa.

Una de las formas de aprendizaje dialógico que se han puesto en marcha en las aulas de la ESO de este instituto han sido los Grupos Interactivos.

Éstos persiguen que nadie se quede rezagado en el aprendizaje y que aprendan de forma solidaria. Los grupos interactivos evitan la opción de sacar a algunos alumnos (los más conflictivos, los que tienen dificultades de aprendizaje o no dominan el castellano) del aula de referencia, pero asumiendo que el profesorado solo no puede gestionar la diversidad del alumnado en su aula. Y para ello, hay personas voluntarias que se incorporaran en el aula. Estas personas que entran en el aula no son sólo profesores/as, sino los propios familiares de los niños y las niñas, profesorado jubilado...

Lo más complicado es la implicación de las familias, reconoce Jose Luis Garrido, y más en un instituto porque " los padres entienden que los chicos son más mayores y se desentienden un poco de la educación". Falta de información, horarios de trabajo incompatibles, desinterés...Los obstáculos son varios y se incrementan en los grupos sociales más desfavorecidos, entre los que se inserta la comunidad migrante. Partiendo de esas dificultades y tratando de subsanar ese déficit, la comunidad de aprendizaje de Lucas Mallada se ha volcado en buscar voluntariado externo.

El profesor no está sólo, está el voluntariado

"Lo que hacen los voluntarios es entrar dentro del aula y eso tiene la dificultad de que coincida con horarios de trabajo, así que contamos con gente que tienen tiempo libre". Este curso, de momento, hay un total de 12 voluntarios, que irán en aumento. En otros años, el número ha alcanzado las 40 personas.

El pefil de la persona voluntaria es variado. Alumnos y alumnas de la Facultad de Educación que realizan sus práctica en los grupos interactivos; maestros/as que han acabado la carrera y quieren hacer puntos para las oposiciones. También han entrado en contacto con la Universidad de la Experiencia de Huesca, una interesante propuesta que arrancó en el 2001 y donde alrededor de 1.300 personas mayores de 60 años, que quieren seguir aprendiendo, se han matriculado. De momento un jubilado que es ingeniero agrónomo de esta Universidad se ha incorpordo como voluntario en los grupos interactivos. De la Universidad de Zaragoza también acude una profesora de didáctica de Ciencias Sociales. Ella se encarga, en la asignatura de historia de 4º de la ESO, de acompañar a cuatro alumnas extranjeras que tienen que ponerse al día con los conceptos. "A veces no es tanto la barrera del idioma como la de conceptos culturales", aclara el orientador del centro.

Colaboran con el Secretariado Gitano y tienen una mediadora gitana que facilita la inserción del alumnado de esta etnia, evitando conflictos y favoreciendo su aprendizaje. La mediadora gitana también informa y atrae a las familias gitanas hacia el centro. Hace unos años, dos madres gitanas acudían a las aulas como voluntarias.

Con estas personas voluntarias se trabaja en los Grupos Interactivos, que actualmente están están funcionando en ciencias sociales, legua, castellano, educación física, matemáticas y ciencias naturales. La idea original de estos grupos es facilitar un aprendizaje cooperativo, dividiendo la clase en equipos donde se mezclan distintos niveles y que van rotando. Pero según reconoce el orientador, "esto no se hace ahora mismo porque hay tanta diversidad que no es posible. Estamos en una fase más de equiparar. La diversidad que tenemos es delicada, necesitamos ir con mucho tiento". Sin embargo, la idea de fondo, que se trabajan distintos ritmos y niveles dentro de mismo aula, permanece. Jose Luis Garrido nos ofrece algunos ejemplos: "La profesora voluntaria en ciencias sociales dinamiza un grupo al que da una especie de clase particular basada en el diálogo, mientras el profesor, en el mismo aula, se queda con otros grupos". Otro ejemplo, "en las clases de castellano cuando entran voluntarios (ahora hay 4), o bien me quedo yo con los que tienen un nivel más bajo y la otra con los que tienen nivel más alto y hacen actividades distintas, o viceversa. Hacemos situaciones interactivas, de rol play". De esta forma se brinda una atención diversificada e individualizada al mismo tiempo.

Las comunidades de aprendizaje tratan de maximizar las capacidades de aprendizaje del alumnado pero también mejorar la convivencia, ¿cómo?: "Los problemas de convivencia vienen dados porque los alumnos necesitan atención individualizada y el profesor no puede atender a todos al mismo tiempo. Las comunidades de aprendizaje contribuyen a normalizar mucho la dinámica de una clase, al existir voluntarios se pueda atender a la gente de manera más individualizada y responder más a sus necesidades", contesta el nuevo coordinador de las Comunidades de Aprendizaje del centro.

CÓMO CONVERTIRTE EN UNA COMUNIDAD DE APRENDIZAJE

- Sensibilización. En el curso 2001-2002, a través del grupo CREA (Centro Especial de Investigaciones en teorías y prácticas superadoras de desigualdades), el profesorado recibió 40 horas de formación sobre comunidades de aprendizaje. Se realizaron asambleas informativas con madres y padres.
- Sueño y prioridades. El alumnado, profesorado y familiares, soñaron con el Instituto que querrían tener. Y de estos sueños salieron las prioridades de mejora del centro.
- Grupos de trabajo. En 2003 se constituyeron las Comisiones de Trabajo donde participa alumnado, profesorado, famliares y otros agentes sociales como personas del CREA, del Centro de Profesores y Recursos, y del Secretariado General Gitano. Se crearon varias comisiones: la Gestora, la de motivación del alumnado, la Comisión de participación de padres y madres en la vida escolar y la de voluntariado y profesorado, que busca recursos y actividades que ayuden al profesorado en su tarea educativa y en la creación de Grupos Interactivos.